lunes, 27 de agosto de 2012

El verano asiste a su ocaso


Poco a poco lentamente las tardes son más cortas para dar paso a largas noches, de espera, de fiesta y celebraciones, de familia o de ensayos e incluso de cabildos de oficiales (para algunos). El verano como la vida misma se acerca una vez más a su ocaso, al ocaso de la vida y de la muerte, que como diría Jorge Manrique, "van a parar a la mar".

Lentamente ya la Virgen del Carmen observa desde la proa de su barquito velero la muerte del Sol de Justicia que atesora nuestras playas, se recogen toallas para dar paso a las camisas, se recogen sombrillas para dar paso a los calcetines y se guardan los bañadores para sacar las casacas de invierno.

Pero... aún queda el llamado "veranito del membrillo", ese que hará que pasemos calor de día y algo de fresco de noche, por que hasta para eso somos de Andalucía, donde lo insospechado puede pasar, en minutos o incluso en segundos.

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