Ayer lloraba la Magdalena más que otras veces, la campana de San Julián tañía a duelo, no era Lunes Santo por San Andrés, ni era la gloria de un Domingo de Ramos por Duque Cornejo, no era un Corpus de feligresía, ni la ida o venida de azules capas de raso azul. Era un día triste...
Los cirios ayer no lloraban por la "caló" ni la Hiniesta por la Buena Muerte, pues de su mejilla brotaba una lágrima más y es que en San Julián tañían las campanas a duelo y sonaban a Agrupación Musical.
¡¡¡Arahal!!!, cuando vengas cada Domingo de Ramos tendrás un hueco insustituible, ese que siempre ocupará un hombre que dió todo por el estilo de Agrupación Musical y aportó gran herencia al patrimonio musical de nuestra Semana Mayor.
Ayer lloraba la Magdalena, como chiquillo desbocado, al ver que su Maestro, ya no era director en la tierra para ser músico en el cielo, ese que contempla a través de la visión del Crucificado.
¡¡¡Que suene en San Julián las marchas del maestro!!!, que será recordado por los siglos de los siglos, clásico donde los haya y vivo entre los muertos, D. Manuel Rodríguez Ruiz, ejemplo de Cofrade y maestro de maestros.
D.E.P. MAESTRO
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