Podría ponerme a escribir horas y horas e incluso días de estas dos grandes personas, pero tampoco voy a descubrir nada nuevo por que de la forma que se dan a querer te abren el corazón de punta a cabo. Dos hermanos, dos personas distintas y un único flujo de sapiencia heredado desde hace un siglo... uno atesora la experiencia de una vida a las espaldas y por ello, es respetado y querido hasta la saciedad y el otro atesora el tesón, la constancia y la humildad, que le ha hecho llegar a la cima de los capataces.
Ambos dos, como decía ayer en la Gala de la RTVA, del programa «El Llamador», merecían este reconocimiento hecho estatua del «Memorial Luis Baquero», que otorga anualmente el programa cofrade. Un gesto de Manuel Villanueva Granado, hizo que todos los que allí estábamos presentes sintiéramos ese momento como suyo particular... Gracias y siempre gracias.
Pero es que, hay que quererlos, por que no sólo está la sabiduría, la experiencia y la capacidad de sacrificio que tienen en su impronta, sino que también muestra esa jerarquía que desde antaño tenían los capataces con su equipo de trabajo. No se si os disteis cuenta pero en un primer plano estaba Manuel, posteriormente a un cuerpo de diferencia su hermano Carlos y tras estos, sus hijos Carlos y Antonio. Es la jerarquía del trabajo, del respeto y de la capacidad de liderazgo, algo que hoy está perdida en muchas parcelas, no sólo de la de los capataces y costaleros.
Esa capacidad de liderazgo hace que Manuel y Carlos hoy en día, desde hace muchos años, sean referentes de este mundo y sus hijos heredan y aplican esta herencia a la más absoluta fidelidad de esa enseñanza. Las palabras en el atril de Manuel Villanueva, explicando la historia de esta saga, deja patente el esfuerzo y el trabajo por sacar adelante los pasos en la Semana Santa de Sevilla.
Lo mejor y con lo que me siento más identificado por que en más de una ocasión se lo he dicho, fueron las palabras del Teniente de Alcalde y Delegado de Fiestas Mayores, Turismo, Seguridad y Movilidad, Juan Carlos Cabrera ... «los costaleros los consideran unos padres», palabras que son más ciertas que una verdad, es que es así. Independientemente de que tengamos nuestros padres carnales, parte de nuestra vida la vivimos con ellos, no es sólo verte en los ensayos, es que durante todo el año se dan a querer y a conocer. Nunca tendremos un mal gesto ni una mala palabra cuando de su boca siempre sale un consejo, una anécdota o una reprimenda que termina con un abrazo y un beso.
Eso es ser un padre también y ellos lo consiguen...ellos son únicos (para mi) y son Los Villanueva.
Sin extenderme más sólo quisiera dar las gracias de corazón a mis amigos y capataces, Manuel y Carlos, este siempre mi Hermano Mayor de Madre de Dios del Rosario, y a mis amigos y capataces, por que lo son Carlos y Antonio, siempre un orgullo de ser costalero vuestro.
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