Lo primero es mi respeto hacia esas personas que aún no tiene el descanso eterno sea de donde sea y venga de donde venga. Todo el mundo tiene ese derecho.
A partir de ahí, tengo que hacerme eco, de la noticia aparecida en los medios de comunicación sobre el último pleno del Excmo. Ayuntamiento de Sevilla, donde se votó una moción sobre una persona que descansa en la Basílica de la Esperanza Macarena, y que tan eruditos que son en el Consistorio, aún no se han dado cuenta que no está allí enterrado por sus hechos bélicos si no como hermano honorífico de esta Hermandad, a la cual le dio muchas satisfacciones. Amen de que al ser una propiedad privada no puede ejercer su poder como «Pedro por su casa».
He aquí un hecho de una ley llamada «Memoria Histórica» que más de un concejal la está tomando según el ancho del embudo que le convenga y atendiendo a sus caprichos personales, los cuales siempre van en la dirección de recolectar votos como el cabrero que cuenta sus ovejas al término de la jornada laboral.
Mi pregunta es la siguiente, ¿y si alternamos las palabras y nos quedamos con «Histórica Memoria»?.
Si atendemos al cambio también tendríamos que solicitar una moción en el pleno del Excmo. Ayuntamiento de Sevilla, para que también sean condenados los hechos acaecidos sobre nuestra ciudad, no voy a entrar en más materia nacional, entre los años 1931 al 1936, donde también miles de personas, principalmente de índole católico, a los que le fueron sustraídas, como el ladrón que roba, sus vidas, por unas ideologías diferentes a las que marcaba el poder.
Los Reyes Católicos pusieron en liza el dicho «Tanto monta, monta tanto», y mi respeto va hacia ambos lados, no puedo ser objetivo, sino con mi opinión marcar una justicia para todos.
También habría que pedirle a estos Ilustrísimos Concejales, que realizaran una moción o una «condena» ante la pérdida material y patrimonial que desde el año 1932 sufrieron nuestros templos sagrados, donde se perdieron numerosas obras de arte, patrimonio de todos los sevillanos y cultura arraigada desde hace más de seiscientos años a nuestras Hermandades y Cofradías.
Quizás la pregunta para esta moción, que cada uno la entienda como crea conveniente, sería: ¿También la Hiniesta, San Roque, la O, los Gitanos... y otras tantas y tantas instituciones religiosas tendrían su «Histórica Memoria» sobre las pérdidas sufridas, y que, aunque no fueron humanas, si eran sentimentales?
La respuesta en esta ocasión no está en la historia si no en los hechos, unos por otros, otros por uno, aunque con una misma palabra para ambos «Lamentable».
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