Dice el refrán: "Madre no hay más que una" y que razón tiene. Tu madre es la que engendra, te da el cariño maternal en su regazo, luego parte de su cuerpo lo destina a tu crecimiento, para después mimarte, quererte y velar por ti.
Los padres son esos "padres" para todo lo demás, pero la mujer que te dio la vida donde la ubicas, pocas personas o incluso ninguna puede tener acceso a ese altar. Después llega otra mujer que será la que acompañe tu vida hasta que "la muerte os separe".
Dos vidas femeninas que velarán por ti y dos cariños diferentes, el de la madre y de la esposa.
En el caso del Maestro, el segundo no fue así pero prácticamente es como si lo fuera pues la imagen de María Magdalena, es como la "esposa" (en sentido figurado) del Señor, mientras que su madre hasta el último momento está junto a su Dios, engendrado por obra del Espíritu Santo.
Los padres son esos "padres" para todo lo demás, pero la mujer que te dio la vida donde la ubicas, pocas personas o incluso ninguna puede tener acceso a ese altar. Después llega otra mujer que será la que acompañe tu vida hasta que "la muerte os separe".
Dos vidas femeninas que velarán por ti y dos cariños diferentes, el de la madre y de la esposa.
En el caso del Maestro, el segundo no fue así pero prácticamente es como si lo fuera pues la imagen de María Magdalena, es como la "esposa" (en sentido figurado) del Señor, mientras que su madre hasta el último momento está junto a su Dios, engendrado por obra del Espíritu Santo.
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