Como dice el refrán una mirada vale más que mil palabras, y no es mentira, en el vídeo que ilustra la entrada podréis comprobar como las miradas hablan por si solas, miradas de consuelo, de devoción, de pena, de alegría, de arropamiento...
Las miradas son juez y parte de nuestros sentimientos, de nuestras inquietudes, de nuestros anhelos y de nuestra vida.
Miradas perdidas, buscando la salvación
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