Ya las tardes son más cortas, se nota poco pero es cierto, todo va sucediendo segundo a segundo y minuto a minuto, comienza la cuenta atrás, para desembocar en el mes de Septiembre, donde volveremos otra vez al lío...
Pero mientras las vacaciones se apropian de nuestro ser, para visitar, ver y comprobar la riqueza del exterior.
Este verano he estado junto a mis amigos en el pueblo malagueño de Ardales, en la serranía de pueblos blancos.
Un pueblo con muchos altibajos, creado en la llanura montañosa donde sus calles por muy poco que tenga, tienen pendiente.
Poco a poco os iré mostrando más fotografías de este maravilloso pueblo que tiene un encanto especial, por sus calles, plazas y desniveles.
Por cierto tiene un castillo, una parroquia, un convento, dos Hermandades y unas cuevas.
1 comentario:
Me encanta este espacio, yo tuve el privilegio de pasar unos días contigo y tu futura esposa en este precioso puebloo
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