El Faro de Sevilla aguarda en su plaza la llegada de la Pasión, Muerte y Resurrección, días grandes en las que será la que todo lo vea desde sus largos muros. Ella aguarda la Semana Mayor y poco a poco se va vistiendo de gala iluminada por la luz de la noche.
La Giralda cuenta el tiempo atrás no por días si no por repiques de campana y por las noches primaverales de la Cuaresma
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