Maravillosa talla mariana la que posee la Hermandad del Descendimiento de la localidad gaditana de Jerez de la Frontera y que procesiona bajo palio en la tarde noche del Viernes Santo.
La imagen es obra de Gonzalo Fernández de Pomar en el año 1803 y fue mandada a realizar por el Mayordomo de la corporación. Fue restaurada en el año 1994 por Isaac Navarrete y Rosario Martínez Lorente. Está tallada en madera de cedro y pino, de tamaño natural y de candelero, de extraordinario realismo, con profundo sentido espiritual y místico reflejados estos detalles en los ojos, que miran hacia abajo, ya que entre sus manos, cubierto delicadamente por un pañuelo, sostiene con suavidad uno de los clavos que traspasaron a Cristo.
La cabeza hace un leve giro a la derecha, con boca está entreabierta y un rictus de dolor suave y amargo al mismo tiempo siendo su nariz es cásica y recta.
De expresión ensimismada y sus manos de dedos finos y largos. Los detalles de esta Dolorosa, revelan congoja, piedad, admiración, resignación, suavidad, ternura y emotiva delicadeza.
La corporación radica en la Iglesia de Ntra. Sra. de la Victoria en la calle Polvera, perteneciente a un antiguo convento de la Orden Mínima, siendo esta la que propaga por toda España la devoción a la Santísima Virgen en su Soledad tras la Muerte de su Hijo.
El paso lleva bordado el techo palio de color amatista, bordado en oro y sedas de colores, obra de Esperanza Elena Caro en 1954, mientras que las caídas son copias exactas de las anteriores realizadas por las Carmelitas de la Caridad con diseño de Enrique Hernández, de malla y bordadas con hilo de oro por el taller de bordados de Charo Bernardino, estrenadas en el año 1994.
Los respiraderos son de malla con bordados de oro, obra de las Carmelitas de la Caridad. Se fijan al paso con un moldurón de plata cofradiera. La maniquetas y las planchas a modo de ménsula de donde estos arrancan, son obra de Manuel Rodríguez Pérez, y fueron estrenados en el año 1954. Destacan los candelabros de cola de plata de ley y el manto negro bordado en oro fino por el taller de Manuel Elena Caro en el año 1947. La corona de Ntra. Sra. de la Soledad es de plata de ley sobredorada, fue labrada por Emilio Landa y bendecida por el Cardenal Segura en el año 1946. La peana de la Virgen es obra del taller hispalense Orfebrería Villarreal y representa en su capilla central a María Auxiliadora.
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