Madre, Reina y Señora del Tiro de Línea, tu barrio te adora y se postra a tus plantas entre flores y gentío para proclamarte, Redentora de Cautivos. Tu gente, tus hijos, claman al cielo una vez más "Mercedes, causa de nuestra alegría" y hasta el tallo más marchito, reflorece y se hace perenne para contemplar tu dulzura.
Sea pues Señora, abogada nuestra, muéstranos tu mano y veremos al Cautivo de Jesús.
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