El mes del Rosario también se celebra en la collación de San Julián, con la magnífica talla morena de la Madre del Señor, en su advocación letífica del Santo Rosario. Se cambian los celestes hiniestos por los rojos rosarianos, cuando por el mes de octubre, florece la devoción de Santo Domingo de Guzmán.
Momentos sólo para estar con Ella es su magnífico besamanos donde es ocupado el presbiterio del altar mayor para que sea Ella la que reciba a su barrio entre dos ramas de Hiniesta, florecida por el dolor y la gloria.
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