No hay belleza más divina del mes de Julio que ver al Carmelo de María por las calles de nuestra ciudad, que linda, que hermosura, que radiante de dulzura la que nos muestra la Virgen por las calles del arrabal macareno.
San Gil debe de estar orgulloso, tiene la Esperanza, las Rocina más amada, sus guardianes del Santísimo y la dulce marinera, Virgen del Carmen, pelo recogido con suavidad, como la brisa del mar que recorre nuestras calles con su sonrisa maternal.
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