Como siempre cada vez que veo la procesión de la Virgen Reina de Todos los Santos encuentro ese magnífico monumento andante que la corporación letífica ha erigido a lo largo de los años en honor de la Santísima Virgen, donde es digno de mención las andas procesionales, llena de detalles y con una minuciosa realización.
El paso acoge en el centro del mismo la magnífica talla de la Virgen obra de Roque Balduque y junto a Ella a ambos lados un grupo escultórico de los Santos del siglo XVIII, anónimos. Ya más oculto entre la noble peana se encuentran los arcángeles San Miguel y San Gabriel, también del siglo XVIII.
Los ángeles que circundan por todo el canasto es otra obra de arte donde existen ocho de tamaño mediano del siglo XVIII que sostienen la peana y otros ocho querubines, obra de Francisco Buiza Fernández, en 1957, para rematar las volutas de los candelabros de guardabrisas y atlantes de los respiraderos.
Toda una delicia para el amante del arte e imaginería sevillana el patrimonio que posee esta corporación que es santo y seña cada mes de noviembre por el antiguo barrio de la Feria.
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