Es momento de San Vicente y de las Penas de Jesús, es momento de contemplar, lo que el pasado sábado sabe hacer esta corporación del Lunes Santo, donde en un acto lleno de respeto y seriedad, se traslado la imagen de Jesús de las Penas hasta el altar mayor, recorriendo las naves del templo, en un acto recogido, serio, llena de fe y sobre todo de creencia hacia El.
Es momento de quinario y función de altar donde las velas cobijan la primera caída del Señor de las Penas, momento de reflexión, de oración, de rezo y sobre todo de común unión entre todos. Como siempre nos tiene acostumbrados la priostía de esta hermandad, el altar efímero, será más real que nunca y en la cúspide del mismo, El esperará que vayamos para ayudarle a levantarse con la cruz de los pecados.
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