Si hay una hermandad sencilla, humilde y ejemplo de muchos esa está en la collación de San Vicente y se llama Vera+Cruz, donde sus altares descubren al Cristo más antiguo de nuestra Semana Santa y a una Dolorosa, que desde que la viste Antonio Bejarano le ha sabido sacar todo el partido que en su día con su gubia Antonio Illanes quiso mostrar.
Cera alta, verde, pocos candeleros, para que más, y Cristo en su más extensa Vera+Cruz formando con su Madre de las Tristezas un Stabat Mater improvisado en la Parroquia de San Vicente, mientras duran las obras de su sede canónica. Una imagen inusual, diferente, que invita a la oración y sobre todo que transmite lo que ves... sencillez.
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