Regresamos a la normalidad

Sevilla vuelve a la normalidad, siete días quedan atrás para el recuerdo, este año amargo y triste, pero retornamos otra vez al sueño y al letargo de menos de un año para volver a revivir.

Los turistas se acercan al gran centro religioso de nuestra ciudad, la Santa y Metropolitana Iglesia Catedral para ver su cultura, monumentos y riqueza. Esa que en esta ocasión no ha podido contemplar la majestuosidad de la Macarena o la alegría de la Esperanza de Triana, que no ha podido sufrir el peso del madero del Señor del Gran Poder ni fundir los metales con el Señor de la Salud.

Vuelven los caballos a la plaza, que no los de Santa Catalina, para usurpar ese terreno sacro de la Plaza Virgen de los Reyes e intentar sacar el jornal con sus inconfundibles paseos. Vuelven las cámaras fotográficas para plasmar lo más alto de la Giralda, el Giraldillo, ese que no ha podido contemplar desde su vista de pájaro la mirada del Cristo de las Misericordias ni del de la Expiración de Triana.

Todo vuelve a la normalidad, tanto es así que me voy a poner a trabajar para poder volver a soñar sin ningún inconveniente.