Caramelos y cera: La ilusión de un niño

Detalle de un Domingo de Ramos

Todos hemos sido niños y todos hemos sido un poco veletas, para que mentir. En esta época ansiábamos la llegada de la Cabalgata de SS. MM. los Reyes Magos de Oriente. Yo desde mi infancia la viví de forma intensa en mi pueblo materno, Utrera, donde esta cabalgata para mi tiene algo especial que inunda mi corazón de ilusión... No sé si será por el lugar, por que me abordan los recuerdos de mis abuelos, por lo espectacular de la escena, por la cantidad de cosas que tiraban, por los cohetes, los gigantes y cabezudos... No sé pero hace tres años cuando volví a encontrarme con ella, un reguero de lágrimas recorría mi interior por la ilusión y el recuerdo de los que en su momento estuvieron y ya están en la Gloria.

Mañana la ilusión será diferente, en Sevilla, con mis adorables amigos, mi futura mujer y otra edad que no hace que la ilusión desaparezca cual niño de corta edad, es otro momento de la vida...

Aún con los caramelos en la bolsa de la tarde del día 5 de Enero, todo niño procede a sacar el otro recuerdo de su "lugar sagrado" la bola de cera, cada año más pesada, cada año con más colorines, cada año más grande... otra ilusión, otro nerviosismo para intentar recoger la cera derramada por las personas que alumbran el camino de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo.

Cuando conoces ya la particularidad de cada Hermandad, la labor de las gotas de cera es más fácil, pero aún recodáis cuando nos decían nuestros padres: "En esta Hermandad no se puede pedir cera, van en silencio y son muy sobrios..." para llamar nuestra atención y empezar a conocer el legado de las Hermandades y Cofradías.

Estas son vivencias de mi niñez y creo que la de muchos que siguen este blog, ilusiones vividas de niños que no se pierden a lo largo de los años... ¿o quizás, es mentira?