martes, 7 de enero de 2014

Hermandad del Nazareno de Sanlúcar de Barrameda

Visitamos hoy la ciudad de Sanlúcar de Barrameda y más concretamente a su Hermandad del Nazareno, recientemente restaurado, también conocida por la hermandad de labradores y viñistas. Esta corporación realiza su Estación de Penitencia, en la Madrugá, desde la Basílica de Ntra. Sra. de la Caridad.

La imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno, fue tallada probablemente en el siglo XVII, atribuido a la gubia de Francisco de Ocampo, siendo la que mayor devoción ha despertado entre los sanluqueños, sobre todos en los trabajadores del campo. En 2007, fue nombrado Alcalde perpetuo de la ciudad. Es una imagen de talla completa, en madera de cedro policromada, bellamente esculpidos cabeza, manos y pies, de una dulce y serena belleza.


Ha sufrido varias intervenciones, en 1780 es retocada su policromía por el maestro Juan Muñoz. En el invierno de 1782, el escultor gaditano Juan Gandulfo realiza una amplia reforma de la talla, desmontado ésta, confeccionando nuevas manos, componiendo la cabeza, retallando la cabellera y colocándole nuevos ojos, de cristal, con lo que sus facciones cambiaron totalmente. En 1970 el imaginero Antonio Eslava Rubio, sustituyó el faldellín de tela encolada por uno de escayola. Por último, en 1991 fue restaurado por el profesor Juan Manuel Miñarro. Actualmente, se ha vuelto a restaurar, reponiéndole al culto el pasado día 3 de enero, por el imaginero Salvador Guzmán.


La Virgen de la Amargura es una talla realizada en el siglo XVII, de autor anónimo, sufriendo varias restauraciones a lo largo de su historia y varios nombres antes del actual, vinculándola al escultor Pedro Roldán o a su hija Luisa, "La Roldana". Entre sus advocaciones se encuentran la de Ntra. Sra. de las Virtudes, Ntra. Sra. de la Soledad, Ntra. Sra. de la Amargura, Ntra. Sra. de los Dolores y Ntra. Sra. del Desconsuelo.

La talla, a principios del XVIII, debía encontrarse en tan lamentable estado como para que en 1713 se decidiera rehacerla, aprovechando sólo manos y candelero, descartándose, por tanto, la atribución tradicional a Roldán o a su hija. Otra importante reforma fue la de finales de 1782, realizada por el pintor Bernardo Vidal. Desde entonces ha sufrido diversas restauraciones, como la que en 1951 efectuó el imaginero Antonio Eslava Rubio, y que repitió en 1975. Años más tarde, en 1979, sería Luis Ortega Bru el encargado, restaurándose su candelero en 1986-87. A lo largo de la historia, esta imagen ha recibido culto bajo las siguientes advocaciones: Ntra. Sra. de las Virtudes.

Le acompaña bajo palio San Juan Evangelista, que es talla completa, obra del escultor Diego Roldán Serrallonga, el cual le esculpió nueva cabeza y manos en 1759. En 1782 fue retocada por Bernardo Vidal, que volvió a encarnar cabeza y manos. En 1953 fue restaurada por Antonio Eslava Rubio y más recientemente, en 1991, por Juan Manuel Miñarro.

Biografía: wikipedia

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